Novelas

“Lawrence de Arabia” (1963) 
Ediciones IDAG. Barcelona, 1963


 

Aquella tarde "Lord Kichener, alto comisario inglés en Egipto, se encontraba sólo en su despacho. Canceló la invitación para una cena que le habían ofrecido algunos diplomáticos europeos. Se hallaba ligeramente apoyado en su escritorio, de pie frente a ña ventana, que dejaba entrar un aire cálido, vaporoso, con ese olor tenuemente acre que caracteriza a tantas ciudades de Oriente".


“Cena Desnuda” (1967) (Entre los finalistas del Premio Planeta)
Ed Euca. Madrid 1967

 


"Se fue sin ser amado", dijeron de un
jefe militar sus inferiores después que
murió.

Y nadie quiere dejar sólo ese rastro:
no-ser amado; y menos ese otro: se fue
sin haber amado".


“El Carromato del Circo” (Finalista del Elisenda Montcada 1968)
Editarial La Muralla. Madrid, 1968.




He nacido en un hotel. Me encanta haber nacido en un hotel. Una vez dije que había nacido en el aire -en un avión-, y no es verdad; pero sí es verdad lo que digo ahora: que nací en un hotel.
-Mi hijo es un fantasioso: tampoco nació en un hotel. NO es que sea mentira; lo que pasó fue que mi marido y yo alquilamos un piso, este piso era del dueño del hotel y el piso estaba materialmente pegado al hotel (¿cuantas veces digo hotel!)

“La Página Perdida” (1969)
Editorial La Muralla. Madrid, 1969




"La página perdida. Otra vez que vuelva te la daré. No es tiempo aún. Créeme.
El tiempo pasa lentamente, pero tú mueres, y el árbol del jardín ha escuchado el amor que te tengo, y está en pié"

  
“Días en la Playa” (1969)
Editorial Eucar. Madrid, 1969



  

No está bien esperar tanto tiempo. Ya es hora de empezar.
No sé quién lo dijo; pero lo oí. Lo oí claramente, y me senté en la silla. Ya es hora de empezar.
¿Empezar qué? Empezar a vivir el verano. Un verano distinto, un verano de muchos años, sin otoño, ni invierno ni primavera, un verano largo, tan largo como muchos años, y muchos años sólo de verano, siempre en verano...
¡Qué pereza empezar! ¡Qué pereza hacer vivir en estee tan largo verano! En este largo verano tan sin sentido, tan aparentemente sin sentido... De todos modos me levanté de la silla para empezar".

“Una de las Cosas” (Premio Editora Nacional 1973)
Editora Nacional. Madrid, 1973




"Una de las cosas que me molesta de un libro es que no empiece con lo que tiene que empezar (han salido cuatro "que" en una frase tan corta). No, porque los libros empiezan con el nombre de la editorial; los úmeros de registro; a veces, incluso, la imprenta, el nombre de la imprenta, etc. Yo desearía ponerlo todo al final, para que no estorbe. A mí me estorba".


“Pisadas de gaviotas sobre la arena” (Beca de la fundación Juan March 1979).
Editorial Eucar. Madrid, 1979.




He decidido mandar todo a la porra y meterme donde no me importa, donde dicen que no me debe importar; pero me da la gana hacerlo así.
La chica ésa estaba poniendo una cara de preocupación tremenda. Lo terrible es que una nunca sabe cuál es la verdadera preocupación de una persona -¡no sé exactamente por qué me preocupo yo!-, y aunque te diga y te cuente su preocupación no es lo mismo, enterarte, no te enteras de verdad, como decía antes".



“Mnemósine está en la galería” (1992) 
Tuvo una distribución muy mala, y es una novela que merecería una buena reedición.
Ediciones clásicas. Madrid, 1991




"He alcanzado la mitad de mi vida; nadie parece advertir que, dentro de poco, tendré que irme; y nadie parece tampocopensar en despedirse de mí"
La verdad es que ni yo me atrevo a comenzar las despedidas. Luego ves otra vez a aquel de quien te despediste -una despedida para siempre suele ser al menos sentimental-,y es un ridículo encuentro. Hay que despedirse al final. Pero uno, al no saber a qué hora le acaba todo, se va sin despedirse de muchos. Qué le vamos a hacer".


Un regalo del cielo. Alexia y su familia (1993)
Rialp. Madrid, 1993
342 páginas; 21x13 cm
Traducida al francés como “Un sourire de Dieu“.





“Gorrión solitario en el tejado” (1972) (Entre los finalistas del Premio Nadal). (2ª edición, 1997)
Magisterio Español. Madrid, 1972.
EIUNSA. Barcelona, 1997


   


Dije que no iba a cenar en la Penitenciaría
(Me están molestando dos ruidos de dos personas que hablan, y el agua que moja el césped.)
y me marché
(El ruido del agua ha cesado, ¡qué alivio!)
a la calle.
(Iba a cerrar la ventana, y una de las dos personas se ha ido, y ya no hay ruido de voces; sólo el lejano de una tubería.
No estoy enfermo. No es eso, es que hay momentos en que los ruidos me sacan de quicio; pasa una motocicleta.)




“El misterioso caso del poderoso millonario vasco” (1998).
Eiunsa. Barcelona, 1998




LUEGO NOS DIJERON QUE FUÉ ÉL QUIEN NOS COMPRÓ EL PISO; no lo ocultó, ésa es la verdad, pero también la es que no nos lo dijo cuando llegamos. Fue así, como siempre hubiera sido así, él da a todas sus cosas ese aire..., cómo decir..., ese aire de perpetuidad.



“El Trébol de Tres Hojas”(1985).
Obra que mereció una beca de creación literaria del Ministerio de Cultura en 1985, fue destruida nada más publicarse, por grave desacuerdo con el editor. Así que casi puede considerarse inédita.
Nerman SA. Montevideo, 1985



Quizá no lo debiera haber hecho... pero esta decisión ha venido precedida de breves consideraciones, tan breves como golpes de luz: dicen que sólo se vive una vez aquí, en la Tierra; si esto es verdad, ¿tiene todo el sentido ese estar el día entero trabajando? Trabajar es vivir, claro; pero descansar, que es también vivir, ¿cuando?



“David, el rey (1990)
Ediciones Palabra. Madrid, 1990




A ti, Judá, te alabarán tus hermanos.
Tu mano, en la cerviz de tus enemigos.
Inclinense ante ti los hijos de tu padre.

Cachorro de león es Judá.
Has vuelto de la presa, hijo mío.
Se recuesta, se echa como un león,
como una leona, ¿ quién  hará que se levante?

No se irá de Judá el báculo,
no se irá el bastón de mando de entre tus piernas
hasta que venga aquél a quien le está reservado,
y a quien deben rendir homenaje todas las naciones,

(Anuncio de acontecimientos que habían de acontecer, en días venideros, a Judá, hijo de Israel, a Judám tribu de Israel) (Génesis 49,8-12)

Esto dice el Santo, el veraz, el que tiene la llave de David (Apocalipsis 3,7)